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Autónomo y emprendedor, no son lo mismo
Muchas veces hablamos indistintamente de autónomo o emprendedor como si ambas profesiones fueran lo mismo y puede que el significado de los términos sea diferente.
Ciñéndonos a la descripción pura de autónomo, éste sería la persona física que realiza de forma habitual, personal y directa, una actividad económica a título lucrativo, sin sujeción a contrato de trabajo alguno.
En el caso del emprendedor, se refiere a la persona que organiza y opera una o varias empresas, asumiendo cierto riesgo financiero en el emprendimiento.
Para ampliar un poco más estos conceptos os diremos que para ser autónomo se ha de trabajar por cuenta propia y para ello hay que estar inscrito en un régimen especial de la Seguridad Social. Digamos que el autónomo se encuentra a “medio camino” entre los trabajadores asalariados y los empresarios y precisamente por ello poseen unas ventajas e inconvenientes únicos. Suele basar su estrategia en sus puntos fuertes, es decir, intenta ganarse la vida con sus conocimientos, su experiencia, sus habilidades especiales y su red de contactos. A fin de cuentas se trata de un pequeño empresario porque ha de pensar desde el inicio en todas las áreas de la empresa.
El emprendedor emprende. Parece obvio pero es así. Y puede hacerlo creando una empresa, colaborando con una asociación de vecinos (emprendedor social) o sencillamente se trate de alguien que es pionero en algún campo dentro de la sociedad. Es una persona que identifica una oportunidad y hace lo posible por hacerla realidad aún cuando la situación puede ser adversa.
En definitiva: son colectivos diferentes. Y tú, ¿eres autónomo o freelance?
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